martes, 30 de diciembre de 2008

MÁS TE PEGO MÁS TE QUIERO

SOUAD

“Nací en Cisjordania. Cuando tenía 16 o 17 años me enamoré de un chico al que siempre veía subir a su carro. Era muy guapo. Comenzamos a vernos en el campo sin que nadie supiera, pues en mi cultura eso esta prohibido. Un día quede embarazada. Intenté sacarme ese bebe pero nunca pude hacerlo.
Mis padres se dieron cuenta, me encerraron en mi cuarto, y escuché que hubo una reunión familiar. Un día mi cuñado se acercó a mí, me vació gasolina y me prendió. Corrí mucho hasta la plaza de mi pueblo. Me llevaron a un hospital en donde las enfermeras tenían asco de atenderme, y me dejaron sufriendo esperando mi muerte. Un día apareció mi madre e intentó darme un veneno, me dijo que por favor me lo tome por el honor de mi familia. No lo hice, estuve a punto pero no pude. Mi hijo nació un par de meses después, con tan solo 6 meses y medio. Conocí a una señora que trabajaba para una organización internacional. Ella me salvó a mí y a mi hijo. Me llevó a Suiza. Estuve en un hospital donde me atendían muy bien. Ahora me dedico a dictar conferencias sobre la violencia contra la mujer. Después de años volví a ver a mi hijo, es todo un hombre y se parece a su padre. Le conté la verdadera historia. Ahora ha vuelto a vivir conmigo, con mi esposo y mis 2 hijas. Pero hasta hoy no puedo salir a la calle con mangas cortas, sufro cuando viene el verano y veo a todas esas chicas con minifaldas. No sé escribir, solo leer un poco. Este libro lo hice con ayuda de unas personas que iban escribiendo mientras yo hablaba. Algún día regresare a mi pueblo, pero tengo miedo. No puedo decir mi verdadero nombre pues el honor en mi cultura es tan importante que son capaces de viajar miles de kilómetros para matarme….”


En muchos de los países árabes existen leyes que restringen de derechos a las mujeres. En Irak, Libia, Jordania, Marruecos, Omán y Yemen las mujeres casadas deben tener un permiso por escrito para viajar al extranjero, es más, En Arabia Saudita todas las mujeres deben tener un permiso por escrito para poder viajar en transporte público, no están permitidas de conducir vehículos a motor o bicicletas, y deben sentarse en la parte trasera de los autobuses públicos. En la Universidad Rey Souad de Riyadh, los profesores imparten clases a las aulas de hombres mientras las mujeres poseen aulas especiales solo para mujeres en donde siguen las clases televisadas por un canal de circuito cerrado. 1, 3

En estos países golpear a una mujer puede ser motivo de divorcio, pero el marido puede intentar demostrar que el tiene el respaldo del Corán para corregir a golpes a una mujer por irreligiosa o desobediente. Daniel Pipes, experto sobre el Medio Oriente explica: “En la visión islámica la sexualidad de la mujer es tan poderosa que constituye un peligro real para la sociedad…los deseos de las hembras y su irresistible atractivo les da a las mujeres un poder sobre los hombres que rivaliza con el de Dios”.6

El caso de SOUAD es uno entre miles. Ella es la primera mujer Cisjordana en atreverse a contar su historia en un libro, pero hasta el día de hoy debe vivir en el anonimato, esta amenazada de por vida.


“LA COMADRE”

“Nací en Cajamarca, pero cuando tenía 11 años me fui de mi casa porque mis padres no tenían para alimentarme. Viajé por casi todo el Perú haciendo cualquier cosa hasta que llegué a Huanuco y puse un negocio de venta de empanadas. Un día conocí a Humberto y quedé muy enamorada. El vivía en una casita en las afueras de Huánuco y trabajaba en las construcciones de un puente en donde yo solía ir a vender mis empanadas. Un día, después de unos meses de relación me di cuenta que estaba embarazada. Tenía 15 años. Tuve mucha suerte cuando Humberto rápidamente me ofreció matrimonio, por lo que juntamos dinero y nos fuimos a Cajamarca a que él hablara con mis padres. Mi padre me dijo: “Ahora el es tu hombre y tu eres su mujer; a partir de ahora solo vives para el”.
Pasaron los años y tuvimos una hija; nos mudamos al Codo del Pozuzo, nos enteramos que había tierras gratis y que la gente era buena. No sé en que momento pasó, pero Humberto comenzó a irse por varios días, y ya no me traía la leche y el pan al que estábamos acostumbrados; y muchas veces llegaba borracho y nos gritaba por cualquier cosa. Un día me revelé. Tenía una tía que vivía cerca de Río Codo, un caserío que esta a unos 10 kilómetros de acá, pero en ese entonces no había carretera. Dejé a mis niños con una amiga, y partí el viaje. Caminé casi toda la mañana hasta allá, hablé con mi tía, trabajé por dos días por pan, huevos, queso y alguna que otra cosa que ellos me podían dar. Regresé a mi casa y alimenté a mis hijos, Humberto aún no había llegado. Repetí lo mismo varias veces hasta que un día regrese y Humberto estaba en la casa esperándome. No me dijo nada, solo me dio una cachetada, caí al suelo y comenzó a patearme. Mis hijos lloraban. Yo lloraba. Humberto gritaba. Hasta hoy llevo esas cicatrices. Me comuniqué con mi padre, que en ese entonces estaba viviendo en Huánuco. Le dije que quería ir a visitarlo y el acepto gustoso porque quería ver a sus nietos. Cuando llegué a su casa le conté lo que me estaba pasando, le dije que ya no quería regresar con mi esposo. El volteó, me dio un puñete en la boca y me dijo que no podía abandonarlo, que tenía un compromiso con Dios, que él me había pegado porque yo había hecho algo malo. Mi madre y mi abuela no dijeron nada. Tuve que regresar a Codo, pero juré que el día que mis padres mueran iba dejar a ese hombre. Tuve que aguantarme 10 años de golpe y gritos, hasta que murió mi madre. Ese día le dije a Humberto que ya no quería saber nada de él. Por supuesto él me volvió a pegar, pero esta vez mi hijo Lucho que ya tenía unos 15 años me defendió, por eso doy todo por él. Le he pagado una carrera de Ingeniero, al igual que a mis hijas. Solo me falta la última, que está terminando el colegio, ella quiere ser Chef. A veces viene Humberto pero ya no nos hace nada. Cuando nos separamos el vendió todos nuestros terrenos, solo me dejó esta casa, pero mira, me va muy bien; y él viene a veces a pedirme un plato de comida, pero nunca se lo lleva gratis, siempre hago que trabaje en algo. Ahora me tiene miedo. Respecto a mis cicatrices, mi hija menor me dice que ella un día me va a pagar las operaciones para borrármelas. Yo solo quiero verlos triunfar….”

La frase “más te quiero mas te pego” se comporta como el gran símbolo familiar en las provincias de nuestro país. Esta frase conllevaría a intentar estimar el porcentaje del gasto dentro de la economía familar destinado a curar heridas y golpes sufridos por mujeres y niños. Un estudio realizado por el gobierno de Nueva Zelanda dio como resultado principal que los costos de rehabilitación de víctimas de violencia doméstica; era superior que los ingresos obtenidos por su producto de exportación estrella: la lana.
Luego Estados Unidos corroboró estas cifras a través de un estudio realizado por los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos, el cuál estimó que los costos relacionados con la salud, agresiones físicas, violaciones, acechos y homicidios superaban los 5800 millones de dólares anuales.
Pero muchos países (Perú entre ellos) no poseen la capacidad para cubrir estos gastos, los cuales son cubiertos por las propias victimas.2


YAQUI

“Nací en Oxapampa. Mi padre murió cuando no había cumplido un año por eso no me acuerdo de él. Por suerte mi madre consiguió otro marido cuando yo tenía unos 3 años. Creo que aún esta vivo, no se muy bien, yo me fui hace años de allí y hasta hoy no he querido regresar. Este hombre me violó desde que tenía 11 años hasta el día que me escape de mi casa con Aquiles. Recuerdo muy bien las palabras de mi medio hermano, al único que aun le guardo cariño: Si ella viene un día a quejarse por algo, te busco y te mato. El tenía en ese entonces solo 14 años y Aquiles como 27. Yo tenía 17. Ahora tengo 24. A mi padrastro nunca le interesó mi educación, me hizo estudiar solo hasta tercero de primaria. De allí me dedicaba a ayudar a mi madre en la cocina. Un día cuando estaba cocinando entró este señor que no quiero mencionar su nombre, me da escalofríos, le pegó a mi madre, me jaló de los pelos y me violó; lo peor es que a mi nunca me habían dicho como funcionaba esto del sexo, me dolía, gritaba, sabía que me hacían algo malo, pero mi madre también le tenia miedo, nunca dijo nada. Ahora siento que hago lo mismo con mi hijo, no tengo dinero para mandarlo al colegio que está a 14 kilómetros de acá… ”


En Sudáfrica se reportaron 52 733 casos de violación e intento de violación entre abril de 2003 y marzo de 2004; y tal vez una estimación exagerada dice que este número representa uno de cada veinte casos. (Smith, 2004; citado por Funk et al 2006).





ABBY

“Nací en Colonia, Alemania. Mis padre es Irakí y mi madre de Yemen; los dos son muy fervientes del Corán, aunque mi madre es un poco diferente. Cuando cumplí los 11 años me vino mi primera menstruación. Hicieron una gran fiesta, yo estaba muy feliz, en mi familia eso es algo muy grande. Viajamos a Yemen en donde estaban reunidas todas las mujeres de la familia. Me dijeron que ahora me tocaba pasar por la ceremonia que me iba a convertir en mujer. Yo estaba muy orgullosa. Mi tía me hizo echarme en una camilla sobre una sábana blanca, me amarraron las piernas y los brazos, de tal forma que las primeras quedaran abiertas con las rodillas un poco flexionadas. Mi madre me afeitó los bellos púbicos, me hizo fumar una droga, me dieron trago y luego sentí un dolor inmenso entre las piernas, comencé a sangrar y me desmaye. Nunca entendí muy bien lo que había pasado conmigo. Cuando regresé a Alemania mis amigas y yo teníamos ese tipo de conversaciones que todas las adolescentes tenemos. Un día Pam, una muy buena amiga perteneciente a la familia real Inglesa me comentó que se había comenzado a tocar y sentía mucho placer. Le pedí que me enseñara, pero para mi sorpresa faltaba una parte de mi cuerpo: no tenía clítoris…ahora que estoy casada el sexo para mi es solo para darle placer a mi esposo e intentar procrear. Tengo una niña de 5 años, mi madre quiere que la lleve a Yemen cuando cumpla 11. Jamás lo haré…”


Según la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos existen alrededor de 130 millones de niñas y mujeres a nivel mundial que son víctimas de algún tipo de Mutilación Genital Femenina (MGF) alrededor del mundo y otros 2 millones son forzadas cada año; con un número no definido de muertes a causa de estas prácticas y sin contar los efectos producidos a largo plazo. Esta práctica es común en 28 países de África; solo en el Medio Oriente es practicado en , Omán, Yemen y Emiratos Árabes. Existen 4 tipos de FGM:

Tipo 1: Extirpación del prepucio, con o sin extirpación de una parte o todo el clítoris.
Tipo 2: Extirpación del clítoris con una extirpación total o parcial del labio menor.
Tipo 3: Extirpación de una parte o la totalidad de todos los órganos genitales externos.
Tipo 4: No clasificado, incluye piercings, incisión del clítoris y/o labia; cauterización, raspado o corte vaginal, etc.2

Fue recién en 1993 que las Naciones Unidas, en la declaración de Viena; adoptó la Declaración Sobre la Eliminación de la Violencia contra la mujer luego que las ONG para la mujer de todo el mundo se movilizaran en son de protesta; sin embargo desde 1979 existía la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer (CEDAW); pero no poseía mucha importancia en la época. En otras palabras, fue recién en 1993 en que las mujeres fueron reconocidas internacionalmente por todos los países suscritos como seres con iguales derechos que los hombres. 1


1. Hoffman,; B.; 2006. Poniendo fin a la violencia contra las mujeres y niñas – protegiendo los derechos humanos. Buenas cooperaciones para el desarrollo. GTZ. Eschborn-Alemania. 67 p.

2. Lisy, K.; 2006. Female Genital Mutilation (FMG), MDGs, PRSPs and Agenda 2015: What are the linkages?. GTZ. Federal Ministry for Economic Cooperation and Development of Germany. Eschborn-Germany. 11 p.

3. Barakat, B.; Funk, A.; Kröhn, S.; Würth, A.; 2007. Rights and Reality – On the legal reality faced by women in Arab Countries. GTZ. Eschborn-Germany. 42 p.

4. Ballón, M.; 2007. La Mujer Forestal. Revista Xilema 20 (61-63).

5. Souad, 2003. Quemada Viva. 120 p.

6. Pipes, D., 1983. In the Path of God: Islam and Political Power. New York-USA. 177 p.

Los testimonios de “La Comadre”, Yaqui y Abby son originales, más todos son seudónimos para guardar la integridad de las mismas.
El testimonio de Souad es un pequeño resumen de su libro “Quemada Viva”.