lunes, 23 de septiembre de 2013

Fernando Belaúnde y la Amazonía



Belaúnde Terry, arquitecto que gobernó dos periodos nuestro país, proveniente de una de las familias más influyentes de nuestra sociedad, es catalogado como el presidente que más daño le hizo al sector forestal del Perú y Latinoamérica, principalmente en su segundo gobierno, lo que podría ser como una venganza al país que lo sacó del sillón presidencial, dejando abierta las puertas para la ignorancia y subdesarrollo en la selva peruana.

Su obsesión por la Amazonía lo llevó a no escuchar a los técnicos forestales del país, abriendo carreteras como la marginal de la selva sin ningún tipo de planificación, pasando esta sobre los experimentos forestales de varias décadas en el Bosque Nacional von Humbolt, o promoviendo la colonización sin ningún tipo de reparo ambiental.

Admiraba y elogiaba públicamente y como héroes a Arana y Fitzcarrald, caucheros dementes que asesinaron a más de 3000 indígenas a comienzos de 1900.

Y por si fuera poco, en 1968, y lamentablemente justo antes del golpe de estado de Velasco, Belaúnde ordenó personalmente el bombardeo de los nativos Matsés con napalm, aquella arma de destrucción masiva prohibida hoy en día mundialmente por los daños que causa, ordenado además a la prensa nacional, con la cuál el tenía muy buenas relaciones familiares, que los pilotos de los aviones bombarderos sean considerados héroes por su trabajo de exterminio. La causa del bombardeo había sido la negativa de los indígenas a la construcción de una carretera que iba a destruir sus bosques, además de encontrase en guerra con agentes externos a sus territorios por el esclavismo y extermino que habían sufrido por los caucheros ya mencionados. Fue una batalla de arcos, flechas y cerbatanas contra metrallas y bombas de napalm.

Además hizo todo lo posible para la eliminación del Servicio Forestal y de Caza, arguyendo que no existía un presupuesto para una institución de tan bajo nivel. En ese momento, los comuneros andinos, que conocían la labor de la institución, se levantaron en armas y ejercieron tal presión social, que a Belaúnde no le quedó más que retroceder en sus demencias.

Ya en su segundo gobierno la obsesión del ex-presidente por la Amazonía lo llevo por todos los medios el intentar trasladar la capital del Perú al valle del río Pachitea, lugar hoy conocido como Ciudad Constitución, lo que llevó, como mencioné anteriormente a la destrucción de dos décadas de trabajos en el Bosque Nacional von Humbolt, además de la continua desmoralización de la DGFFS al crear el Programa Nacional de Re forestación a mando de uno de los personajes más oscuros de la Historia Forestal del Perú, Matías Reyes, lo cuál fue un fracaso rotundo.

Belaúnde tuvo siempre un lugar en sus discursos para el sector forestal y ambiental, pero siempre de forma negativa, y nunca haciendo caso a los técnicos del país en sus decisiones sobre la cuenca Amazónica, declarando siempre, hasta en la cumbre el acuerdo de Cartagena, que éramos unos ecologistas extremos y que no conocíamos la realidad del país. Casualmente los mismos argumentos de varios grupos de poder y “empresarios” que están destruyendo la Amazonía hoy en día. La historia como siempre, se vuelve a repetir.

Dourojeanni, M. 2009. Crónica Forestal del Perú.


Rendón, S. 2008. Fernando Belaúnde y el bombardeo a los nativos mayoruna. http://grancomboclub.com/2008/06/fernando-belande-y-el-bombardeo-los.html